Cápitulo 1

TRANSFORMACIONES LOCALES

A TRAVÉS DE COALICIONES NACIONALES POR LA TIERRA

Las Coaliciones Nacionales Por la Tierra (CNT) de la ILC conectan

a más de 330 socios en más de 30 países.

Con las organizaciones populares y de los pueblos a la cabeza, las CNT se basan en las necesidades de las comunidades en la primera línea para hacer frente a algunas de las mayores crisis del mundo: la reducción del espacio cívico, el aumento de la desigualdad, los sistemas alimentarios fracturados y la crisis climática. El trabajo que realizan transforma la vida cotidiana al sentar unas bases sólidas para el cambio de los sistemas de gobernanza de la tierra. Incluso ante retos extremos, sus logros son notables. 

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Número de personas con tenencia segura
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Número de hectareas aseguradas

Prácticas modificadas

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  • África: 28 Prácticas
  • Asia: 26 Prácticas
  • EMENA: 5 Prácticas
  • ALC: 15 Prácticas

políticas modificadas

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  • África: 15 Políticas
  • Asia: 18 Políticas
  • EMENA: 5 Políticas
  • ALC: 14 Políticas

mujeres involucradas

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en plataformas ILC

Jóvenes involucrad@s

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en plataformas ILC

People centred-land governance in action
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Jóvenes indígenas se resisten al acaparamiento de tierras en Bangladesh

En Bangladesh, la Coalición Nacional por la Tierra colaboró estrechamente con jóvenes indígenas que luchan contra el acaparamiento de tierras y la creciente desigualdad en la tierra, enfrentándose a un proyecto turístico de cinco estrellas que pretendía apropiarse de su territorio ancestral en Naitong Hill. La tierra es también crucial para la actividad agrícola de la comunidad y su principal fuente de ingresos. Pero para los pueblos indígenas, la tierra no solo proporciona medios de subsistencia, sino que está intrínsecamente ligada a su identidad, cultura y modo de vida. Los Mro son una de las 11 comunidades indígenas que viven en Chittagong Hill Tracts (CHT), en Bangladesh. Cuando Reng Young Mro descubrió que casi 10.000 miembros de su comunidad corrían el riesgo de ser desalojados, regresó a casa tras estudiar en la capital y se unió a la lucha de otros y otras jóvenes indígenas.

Nuestros antepasados han vivido en esta tierra durante cientos de años. Si esto vuelve a ocurrir, estamos dispuestos a movilizarnos
Reng Young Mro

Tras tres meses de protestas y con el apoyo financiero y técnico de la CNT Bangladesh, el gobierno abandonó el proyecto. La construcción del hotel se ha detenido, por ahora.

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Fronteras para la paz en Togo

Las comunidades con las que trabaja la Coalición Nacional por la Tierra de Togo también se enfrentan a crecientes amenazas de acaparamiento de tierras, a medida que más industrias extractivistas se interesan por sus recursos naturales. Esto, sumado a la degradación de la tierra provocada por la crisis climática y al choque entre la tenencia consuetudinaria de la tierra y los sistemas privados de concesión de títulos, crea presiones que pueden agravar drásticamente los conflictos por la tierra. La CNT entró en acción. 

Movilizándose para aplicar el Código de la Tierra y la Propiedad de 2018 -que estableció los derechos de las comunidades a poseer, transferir y utilizar la tierra-, la coalición reforzó significativamente la estabilidad y la unidad locales, transformando la gobernanza de la tierra para reducir el riesgo de conflicto. 

Junto con el apoyo de la CNT, el Jefe Semenou Ankou lideró este proceso en la comunidad de Illico Ogome. Empezaron celebrando reuniones de conciliación entre comunidades vecinas para resolver los litigios existentes sobre la tierra.

Después ayudaron a cartografiar, demarcar y registrar más de 400 hectáreas.

De este modo, otorgaron a la comunidad poder de decisión sobre la tierra y los recursos de los que dependen para su subsistencia, al tiempo que la defendían de amenazas externas. 

Dossavi Donne

Un joven agricultor, Dossavi, fue testigo directo de cómo la inseguridad de la tierra afecta a las comunidades y las familias. Nacido y criado en Illico Ogome, Dossavi había huido de su pueblo de joven para evitar verse envuelto en disputas por la tierra y en busca de un futuro más seguro en la ciudad. Gracias a la labor de la CNT, Dossavi finalmente reclamó como suya la tierra en la que había vivido y cultivado.

La Coalición Nacional por la Tierra de Togo no solo ayudó a aprobar el Código, sino que ha convertido en una de sus misiones ayudar a popularizarlo y aplicarlo, distribuyendo 10.000 ejemplares entre las comunidades y los líderes locales. Además de Illico, la Coalición ha trabajado con los jefes tradicionales para asegurar más de 5 000 hectáreas de tierra en otras aldeas, lo que ha beneficiado a más de 600 personas.

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Alimentando a familias con la reforma agraria de Indonesia

En Indonesia, la Coalición Nacional por la Tierra puso en marcha una iniciativa de cartografía participativa, similar a la de Togo, para contrarrestar el enfoque descendente del gobierno en la redistribución de la tierra.

Aprovechando la legislación nacional vigente y el Programa de Reforma Agraria, trabajó con las comunidades locales de la aldea de Mangkit para luchar por sus derechos sobre la tierra. Como resultado de la iniciativa, el gobierno devolvió 444 hectáreas de tierra y certificó 1.050 títulos de propiedad, reforzando la seguridad de tenencia de las comunidades locales e impulsando sistemas alimentarios sostenibles

Casi el 50% de los títulos fueron destinados a mujeres agricultoras, como Anci Tatawi. Antes de recibir su título, había estado luchando contra una empresa de plantaciones de coco por sus tierras, recibiendo amenazas con regularidad y siendo acusada de usurpación. Hoy, Tatawi posee y gestiona una explotación de 1.000 metros cuadrados junto a su marido (cada uno con su propio certificado de propiedad) y ha abierto una pequeña tienda de comestibles. 

Tras 30 años de lucha, este caso supuso el primer proceso de redistribución de tierras de una concesión (conocida como Hak Guna Usaha en Indonesia) a las comunidades locales

“Junto con un grupo de mujeres agricultoras, pusimos en marcha un pequeño negocio con nuestros cultivos para hacer patatas fritas, chips de plátano y batata. También las vendemos en las aldeas vecinas”, explica Anci. “Mi mensaje a otras agricultoras de Indonesia es que nunca debemos dejar de luchar por nuestros derechos sobre la tierra.”

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Reforma agraria para las y los cultivadores de caña de azúcar en Filipinas

Filipinas, al igual que Indonesia, cuenta con un programa de reforma agraria que se remonta a décadas atrás, cuyo objetivo es redistribuir la tierra de las élites a las y los campesinos sin tierra. En realidad, la distribución de la tierra sigue siendo tremendamente desigual en el país. Los terratenientes se resisten al programa a pesar de ser indemnizados por el gobierno, o encuentran lagunas jurídicas que les permiten recuperar sus tierras.

Muchos beneficiarios/as del programa han sido víctimas de la lentitud de los procesos de reforma agraria y han tenido que esperar más de 30 años para obtener sus títulos. La Coalición Nacional por la Tierra de Filipinas logró cambiar esta situación cuando se movilizó para apoyar a las y los cultivadores de caña de azúcar como Teresita Tarlac. Tarlac luchó durante 10 años hasta que por fin pudo plantar caña de azúcar en su propia parcela, que formalmente pertenecía a un alcalde local. 

“Me ofrecieron muchos millones para que dejara de luchar por esta tierra, pero me dije a mí misma: si cedo al miedo, la próxima generación pasará hambre y yo seré la única rica.”

Gracias a los esfuerzos colectivos de los agricultores, las organizaciones de la sociedad civil, los miembros y socios de la CNT Filipinas, 11 000 agricultores/as de las islas Negros, Leyte y Panay gozan ahora de derechos seguros sobre la tierra, Tarlac entre ellos. Con el apoyo de la CNT Filipinas, Teresita sigue ayudando a otras familias a lo largo del extenso  y a menudo peligroso proceso de reclamación de tierras.

Ella misma ha ayudado a conseguir 797 hectáreas en 13 aldeas de Negros Occidental y está trabajando para asegurar 500 más.

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Cultivando Futuro en Argentina

"Como nosotros venimos trabajando, hay una resistencia, la lucha es muy desigual, la lucha de la agricultura cuidada, campesina, familiar. La otra agricultura es agresiva y es destructiva."

La ley de agricultura familiar es una línea de base fundamental para exigir la aplicación de la declón aracide las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales.

Al igual que en Indonesia y Filipinas, la agricultura a gran escala supone una amenaza existencial para la agriculturas familiar de Argentina. Aunque las y los pequeños productores cosechan el 60% de los alimentos del país, el monocultivo de soja ocupa casi el 50% de las tierras cultivadas y emplea métodos que agravan considerablemente la crisis climática. Esta industria supone una doble amenaza para agricultoras como Dora Corvalán. Por un lado, el dominio de la agroindustria pone en peligro los ingresos de Corvalán y su comunidad. Por otro, cada vez es más difícil cultivar productos clave debido a la irregularidad del clima y a la degradación de la tierra.

Para contrarrestarla, la Coalición Nacional por la Tierra de Argentina ha unido sus fuerzas a las de comunidades locales y activistas como Corvalán, abogando por la regulación y la asignación presupuestaria adecuada a la ley de agricultura familiar del país. Cabe destacar que el gobierno ha reglamentado la ley en 2023, reconociendo  la importancia de la agricultura campesina para Argentina y la seguridad alimentaria del país.  Al hacerlo, ha aceptado su visión de la tierra, que la entiende no como una mercancía, sino como un ser vivo. 

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Cuidar las lagunas en Ecuador

Las comunidades que trabajan con la Coalición Nacional por la Tierra en Ecuador no se enfrentan a las fronteras en expansión de la soja, sino a la industria de la floricultura de invernadero, una de las mayores exportaciones de Ecuador. Combinada con el turismo no regulado y la quema excesiva de los ecosistemas montañosos, esta triple amenaza pone en peligro el acceso al agua dulce de unas 200.000 personas que viven en el norte de los Andes ecuatorianos.

En respuesta, la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas Cochasquí Pedro Moncayo (UCCOPEM) se unió a la Coalición Nacional por la Tierra de Ecuador  de Ecuador, Ecolex, el gobierno local y otros actores para poner en marcha un innovador proyecto de conservación centrado en las personas. Dirigida por María Elena Quimbiamba, la primera presidenta joven de la historia de la organización, la UCCOPEM lideró la creación del área de conservación. Hoy, el Área de Conservación y Uso Sostenible de Mojanda protege el ecosistema local y salvaguarda los medios de vida regulando el suministro de agua, mitigando inundaciones y sequías y fomentando la biodiversidad. Todo ello prepara mejor a las poblaciones locales para afrontar la crisis climática.

El éxito del proyecto se debe en gran parte a que se creó de forma inclusiva. Juntas, las comunidades locales determinaron las formas más adecuadas de gestión del ecosistema, expresando sus necesidades e intereses. Durante todo el proceso, no solo tuvieron un lugar en la mesa, sino que dirigieron la conversación.

"Me atrevo a decir que mi generación ya tiene conciencia ambiental. Mojanda ya no es sólo un lugar donde subimos a tomar una foto, sino que vemos la conservación como el objetivo y necesitamos preservar nuestro ecosistema, no sólo para nosotros sino también para nuestras hijas e hijos"

¨Lo primero que se hizo fue la limitación de la frontera agrícola, luego hicimos el relevamiento de flora y fauna, la tenencia de la tierra y, en cuarto lugar, la ordenanza municipal para declarar el ACUS. Gracias a la declaratoria, nuestros bosques han florecido, los incendios han disminuido y el turismo se ha regulado.¨

Las Coaliciones Nacionales por la Tierra afrontan las crisis del clima y la naturaleza

Si hay un hilo conductor entre las seis historias que hemos narrado -la de Reng Young Mro en Bangladesh, la del jefe Semenou Ankou en Togo, la de Anci Tatawi en Indonesia, la de Teresita Tarlaca en Filipinas, la de Dora Corvalán en Argentina y la de María Elena Quimbiamba en Ecuador- es que la crisis climática ha intensificado y complicado su lucha por los derechos a la tierra y por un futuro sostenible. 

Nuestra red padece los efectos de la crisis climática no solo en la tierra de sus territorios -a menudo erosionada, casi siempre sacudida por la dolorosa pérdida de biodiversidad-, sino también en los entornos políticos, económicos y sociales en los que viven y trabajan. Los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios de temperatura que enfrentan son tan intensos como las crecientes demandas sobre sus tierras, impulsadas por soluciones climáticas impuestas desde arriba. También lo es la ascendente persecución a la que se enfrentan por defender sus territorios. 

Pero incluso cuando nuestra red se enfrenta a retos sin precedentes, las Coaliciones Nacionales por la Tierra han dado un paso al frente con soluciones transformadoras y resistentes a la crisis climática. Sus soluciones se basan en el derecho a la tierra y en prácticas sostenibles.

Se sustentan en el conocimiento de que, al igual que la tierra está en el centro de la crisis climática, también es el camino para salir de ella. No es de extrañar que las tierras de Mro, Ankou, Tatawi, Tarlac, Corvalán y Quimbiamba estén más sanas que la mayoría. Cuidar la tierra forma parte de sus creencias fundamentales.

Esta filosofía de base -que comparten comunidades de todo el mundo en nuestra red- genera una serie de tradiciones y prácticas que protegen y cuidan la biodiversidad que queda en el planeta. De hecho, según el WWF, el 91% de las tierras y territorios de los pueblos indígenas y las comunidades locales se encuentran en un estado ecológico bueno o moderado. Sorprendentemente, reciben menos del 5% de la financiación mundial para la conservación. 

Vivimos, convivimos con la tierra, para la tierra, por la tierra. Todo lo que le extraemos de alguna forma debemos retribuir.

Un enfoque de la financiación climática centrado en las personas

Para ayudar a abordar esta brecha de financiación dentro de la red, la ILC creó un mecanismo climático para las Coaliciones Nacionales por la Tierra en 2024. El Global Land Catalyst ayuda a garantizar que las iniciativas climáticas de las CNT se conviertan en soluciones climáticas de aplicación nacional. Lo hace proporcionando financiación a los miembros para que aprovechen las oportunidades de incidencia emergentes, incluida la influencia en la revisión de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CMNUCC), las Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (CDB) y los Planes de Acción Nacionales (CNULD) de sus países. 

Con el apoyo de la financiación del Global Land Catalyst, 10 países -y la cifra va en aumento- están integrando soluciones climáticas centradas en las personas en las leyes y políticas nacionales. Entre ellos se encuentran Bolivia, Senegal, Burkina Faso, Liberia, Sudáfrica, Togo, Jordania, Nepal, Mongolia y Filipinas.

Aunque nos organicemos internamente, somos conscientes de que la magnitud de la crisis climática requiere una acción colectiva y una colaboración que trascienda los límites de la Coalición . Para potenciar los esfuerzos de nuestra red por mitigar la crisis y restaurar los ecosistemas, forjamos asociaciones dinámicas con aliados.

En 2023, como primer paso de una asociación en curso, Rainforest Trust comprometió 3,5 millones de USD a ILC,

para trabajar estrechamente con las comunidades que ya integran los esfuerzos de conservación en sus prácticas cotidianas. Esta innovadora asociación está estableciendo más de 230 000 hectáreas de zonas protegidas por las comunidades en tres países y salvaguardando más de 80 especies amenazadas.

“La colaboración de Rainforest Trust con la ILC forma una poderosa alianza que resuena con la urgencia de nuestro tiempo. Juntos/as, trabajamos de la mano para salvaguardar no solo la biodiversidad sino también los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales en todo el mundo. Estas comunidades e individuos son las y los guardianes de los mayores tesoros de la Tierra, ya que dentro del delicado equilibrio de la naturaleza se encuentra el futuro de nuestro planeta y la esencia misma de nuestra existencia compartida. En pocas palabras, al destruir la biodiversidad, también estamos socavandonuestras propias sociedades."

En Perú, la CONAP, miembro de la ILC, está trabajando para conseguir títulos de propiedad de la tierra para 23 comunidades nativas que salvaguardan colectivamente más de 200 000 hectáreas de la Amazonia. En Indonesia, donde la gente lucha contra la expansión de las empresas de aceite de palma, la asociación está trabajando para proteger el lago Bagantung y los ecosistemas de bosques y turberas que lo rodean de la degradación de la tierra causada, en gran medida, por las prácticas de explotación de monocultivos.  

Mientras tanto, en Filipinas, la asociación apoya dos áreas de conservación comunitaria en un dominio ancestral y un ecosistema insular. Estas áreas de conservación comunitaria son cruciales para los esfuerzos de defensa de la Coalición Nacional por la Tierra. Con el respaldo del Global Land Catalyst, la coalición está presionando para que se apruebe un proyecto de ley nacional de ICCA (áreas conservadas por comunidades y pueblos indígenas), una política histórica para reforzar el papel de las comunidades indígenas en la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. 

 

Estamos orgullosos/as de que el Global Land Catalyst y la asociación Rainforest Trust supongan una divergencia radical respecto a los modelos de financiación climática predominantes, que reproducen modelos descendentes de soluciones climáticas y transiciones energéticas. Hemos visto, una y otra vez, que tales transiciones perpetúan patrones de injusticia y socavan aún más los medios de subsistencia de quienes viven en y de la tierra. Las llamadas soluciones «verdes» nunca proporcionarán una salida sostenible a la crisis climática, pero las personas y comunidades con las que trabajamos sí pueden y ya lo están haciendo.

“Estamos enviando un mensaje contundente al mundo: ha llegado el momento de reconocer a las y los verdaderos defensores de la naturaleza. Hacemos un llamamiento a todas las instituciones de financiación del clima y la biodiversidad para que sigan este ejemplo invirtiendo en los pueblos indígenas y las comunidades locales, porque la supervivencia de la humanidad depende de ello.”

Estudio de caso

La diversidad es nuestra fuerza, no nuestra debilidad

Como la mayor y más diversa red de organizaciones que trabajan por los derechos sobre la tierra en el mundo, estamos en una posición única para reunir a grupos y encontrar soluciones a todos los niveles: local, nacional, regional y mundial. Cuando convergemos en un tema, tenemos mucho más potencial para dar forma a la agenda global de la tierra, porque solo la acción colectiva puede provocar un cambio significativo.

Uno de los vehículos que utilizamos para unirnos en el trabajo a escala nacional es el «grupo de convergencia». En Camerún, Colombia, Filipinas, Liberia, Kirguistán, Madagascar, Nepal, Senegal y Tanzanía, grupos de actores de la gobernanza de la tierra se están uniendo para elaborar una estrategia común y canalizar recursos técnicos y financieros hacia un único propósito: mejorar las políticas y estructuras de gobernanza de la tierra centradas en las personas.

En Camerún, nos complace anunciar que el grupo de convergencia ha entrado en la fase de implementación de su hoja de ruta, después de que tres socios –la FAO, GiZ y el FIDA-, junto con la ILC, firmaran acuerdos con el Centro para el Medio Ambiente y el Desarrollo (CED), anfitrión de la CNT, por un monto total de más de 320.000 euros para desarrollar formaciones, talleres, investigación y materiales de incidencia con el fin de apoyar al gobierno en la elaboración de la política nacional de tierras. 

Estudio de caso

Auditorías de género para Coaliciones Nacionales por la Tierra con justicia de género

No se puede luchar contra las injusticias sin tener una casa limpia e inteligente.¨

Sabemos que la justicia de género es fundamental para lograr una gobernanza de la tierra centrada en las personas. Pero las organizaciones que defienden la igualdad de género a menudo se enfrentan a un reto crucial: demostrar su compromiso a través de un cambio medible. Las auditorías de género ofrecen una herramienta reflexiva y práctica para ayudar a las organizaciones a validar sus esfuerzos y detectar las lagunas, estableciendo prioridades para un crecimiento con justicia de género. 

Desde 2022, nos enorgullece informar de que el número de plataformas comprometidas a someterse a auditorías de género ha aumentado progresivamente. Este trienio, la ILC ha brindado apoyo técnico y financiero a 24 auditorías de género de 13 miembros y 11 plataformas (y una auditoría conjunta miembro-plataforma). Si bien cada auditoría se centra en las prioridades específicas de cada país y coalición, sus conclusiones aportan importantes lecciones para los esfuerzos de justicia de género en nuestra red, a nivel universal.  

En Argentina, la auditoría de género de la Coalición Nacional por la Tierra de 2022 subrayó la importancia de crear una coalición con justicia de género mediante la inclusión, los enfoques de trabajo participativos, las alianzas internas, el intercambio de conocimientos y la exploración continua de las dinámicas de poder y las relaciones con la red. En Camboya, la auditoría de género de 2022 de la Coalición Nacional por la Tierra reconoció los avances de la coalición en la integración de la formación, las políticas y las estrategias de igualdad de género, pero subrayó la importancia de desarrollar hojas de ruta, directrices e indicadores de género que garanticen (entre otras cosas) una asignación presupuestaria sensible al género y la representación de las mujeres en todos los niveles de trabajo.  En Liberia, la auditoría de género de 2023 de la Coalición Nacional por la Tierra hizo hincapié en la importancia de dar más relevancia a la inclusión de la perspectiva de género en el liderazgo y la toma de decisiones, al tiempo que subrayó la relevancia de emprender investigaciones relacionadas con el género, la promoción y la garantía de una asignación de recursos justa desde el punto de vista del género.